miércoles, 9 de diciembre de 2009

Amanece en Santander

Me levanto a las 7:45 tras aplazar la alarma del despertador varias veces. Tambaleante como un zombi muevo mi cuerpo hasta la cocina y empiezo a devorar lentamente el desayuno café y galletas mientras mi padre oye las noticias a un volumen insano para estas horas. Es un día cualquiera de mi vida. Cuando vuelvo a mi cuarto a prepararme la mochila de karate reparo en la cámara y pienso con tristeza "ojalá pudiera dedicarte más tiempo". Me asomo a la terraza para calzarme y observo el cielo rojo, está amaneciendo. En ese momento mi mente se despierta; que coño! voy a sacar un par de fotos antes de karate. Arranco el coche y conduzco ligero como una perdiz hacia el funicular.

La gente que me conoce sabe lo perezoso que soy y lógicamente les cuesta trabajo creer que me haya ido a hacer fotos al amanecer. El texto previo y las siguientes fotos van dedicados a ellos.





1 comentario:

  1. Perezoso, a ver si madrugas más días y haces las fotos en la bahía que hay unos amaneceres preciosos!!

    ResponderEliminar